Historia Trans en Londres: Michael Dillon
El espíritu progresista de los Swinging Sixties y su influencia en la historia trans en Londres
La década de 1960 fue una época de esplendor en la moda, el cine y la música británica. De hecho, como bien nos cuenta en su video María, guía de Tour Londres, Carnaby Street en Londres fue un claro referente de este esplendor popular conocido como los “Swinging Sixties” ¿Y qué tienen que ver los swinging sixties con la historia trans en Londres?
Fue una época de bonanza económica posterior a la guerra, donde el consumo estaba a la alza, los jóvenes pregonaban un espíritu libre y las leyes sociales se liberalizaron en Inglaterra, Gales y Escocia. Se aprobó la ley del aborto y del divorcio, se protegió a la mujer en el ámbito profesional con leyes de igualdad salarial y de lucha contra la discriminación y se aprobó la ley que despenalizaba (parcialmente) la homosexualidad.
Pero el punto de inflexión para la historia trans en Londres y en todo el mundo fue el Primer Simposium Internacional sobre la Identidad de Género. Se celebró en 1969 y puso en evidencia la necesidad de estudios médicos, tratamientos especializados y una mayor concienciación social con los que mejorar la calidad de vida de las personas transexuales. Por primera vez en la historia, se alzó una voz conjunta en el ámbito académico y científico que reconocía y visibilizaba la transexualidad y las necesidades de este colectivo.
Michael Dillon: El primer hombre trans que se sometió a cirugía completa
Reino Unido siempre ha sido un país de personas pioneras y en la historia trans no ha sido menos. El británico Michael Dillon (1915-1962) fue el primer hombre trans en el mundo que se sometió a cirugía completa.
Nació en el seno de una familia aristocrática irlandesa, el Barón de Dillon era su hermano mayor, donde fue criado como una niña con el nombre de Laura Maud Dillon. Por sus genitales, el género asignado al nacer fue el de mujer, pero su identidad de género fue siempre masculina y Dillon estaba dispuesto a luchar por conseguir que su cuerpo coincidiera con su identidad.
Empezó a hormonarse en 1940 y gracias a una carta de su médico que declaraba que era una persona intersexual consiguió que modificasen su partida de nacimiento en 1944, cambiando su nombre y su género asignado.
Para la ley ya era un hombre y la testosterona estaba cambiando su aspecto, pero Dillon no desistiría en su sueño de conseguir una transición completa. Eran los años 40 y, aunque ya se habían realizado varias operaciones de reasignación de sexo masculino a femenino en otros países (algunas con consecuencias mortales), nunca nadie en el mundo había hecho una transición de mujer a hombre a través de cirugía.
Contactó con Sir Harold Gillies, un cirujano que tenía experiencia en la reconstrucción del pene y realizando cirugías genitales a pacientes intersexuales. El Dr. Gillies, apodado “el padre de la cirugía plástica” por su gran trabajo en operaciones de estética hechas a veteranos de guerra, no dudó en aceptar el reto. Diagnosticó a Dillon con hipospadias (un defecto de nacimiento por el cual la abertura de la uretra no se encuentra en la punta del pene) para encubrir la reasignación de sexo y, tras unas 13 intervenciones, concluyó su trabajo con relativo éxito en 1949.
El propio Dillon acabó siendo médico naval, publicó un prestigioso estudio sobre género y transexualidad ¡e incluso realizó una orquiectomía (la cirugía utilizada para extraer los testículos) clandestina a Roberta Cowell, la primera mujer trans de Inglaterra!
Tras varios años intentando mantener el anonimato, el periódico Sunday Express publicó una noticia sobre la identidad de Dillon en 1958 que, por su linaje aristocrático, corrió como la pólvora. Con la intención de escapar de la presión mediática y del escándalo social, Dillon decidió huir a la India para empezar una nueva vida de retiro espiritual dentro de la comunidad budista.
Acabó convirtiéndose en monje tibetano, el primero de origen europeo, aunque no sin antes haber sido rechazado por los monjes theravada que no aceptaron su transexualidad. Tristemente, su nueva vida como Lobzang Jivaka (su nombre budista) fue corta y es que Dillon murió enfermo en 1962 cuando apenas habían pasado 3 años desde su llegada a la India. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas por el Himalaya, ese lugar que le dio la paz y felicidad.
Durante su vida en India, escribió sus memorias en las que contaba la historia de Laura Dillon y su rechazo a los vestidos, el agobiante deseo de ser hombre, la testosterona que transformó su cuerpo y las innumerables operaciones para tener un pene. Sería su redención y el arma para luchar contra la prensa amarilla inglesa. Sin embargo, su hermano, el Barón de Dillon, se negó a que se difundieran y no se publicaron hasta 2017 con el título Fuera de lo Ordinario: Una Vida de Género y Transiciones Espirituales.
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